Cuando estuvimos trabajando en Argentina, fuimos a las cataratas de Iguazú. Allí descubrimos cómo las aguas están totalmente en calma hasta que se vuelven, ya muy cerca de la garganta, terriblemente violentas… Hoy los trabajadores, en este modelo económico de capitalismo globalizador, somos como pescadores en una barca. Los pescadores creen que el río está en calma, que no corren riesgos, hasta que se acercan a la garganta. Es entonces cuando percibes la velocidad de la corriente, de esta corriente de capitalismo especulador. Tratas entonces de dar gritos, de hacer señas para advertir a los otros pescadores que el río no está en calma, que algo habrá que hacer, que algo tienen que hacer.
Adolfo Jiménez, presidente del comité de empresa de Sintel